viernes, 20 de julio de 2007

PUNO: HISTORIA LOCAL


José Luis Velasquez Garambel

ESPACIO SOCIOCULTURAL DEL ALTIPLANO

Es efectivamente una de las regiones más difíciles por la diversidad de su geografía y por la irregularidad en la altitud que alcanza (que generalmente oscila entre los 3 850 msnm a los 4 000 msnm), cuya extensión es de 72 643 km2 (el 5, 81% del territorio nacional) y abarca hasta tres unidades geográficas (la Circunlacustre, Intermedia o la del altiplano, la Cordillerana), en el mismo espacio se alberga al lago Titicaca (que tiene una superficie aproximada de 8 100 km2 , siendo su profundidad de 270 km) que a su vez se divide en tres parte diferenciables entre si: Lago Grande (profundidad media de 100 m, y máxima de 281 m), La Bahía de Puno 8con un estrecho de 6, 5 Km entre las penínsulas de Capachica y Chucuito de profundidad promedio de 10 m.), El Lago Pequeño (conocido tambien como wiñaymarca y cuya ubicación se halla en el estrecho de Tiquina y su profundidad promedio es de 10 m.)1

HISTORIA

La geografía histórica del departamento de Puno inicia con una de las culturas más antiguas en la historia de la humanidad, así se erigió en este referente la Cultura Qaluyu (que es la primera cultura del altiplano) según algunos estudiosos, los primeros vestigios de cerámica encontrados corresponden al 1 800 a.c. y se hallaron en el sitio Qaluyo (cerca de Pucará), se manifiesta también que las características de los ceramios y de otros vestigios se mantuvo y se generalizó en todo el altiplano por un periodo de mil años (es decir hasta el 800 a.c.). Decaída ésta se dio lugar al desarrollo de una cultura naciente, me refiero a Tiawanaku, Sin embargo existe un intermedio que está constituido por la cultura Cusipata (cuyos restos son más finos y cuidadosos en relación a la cultura anterior)2. La cultura tiawanaku se extiende no sólo en el altiplano, sino que sus influencias recorren y son acogidas en otros espacios culturales, esta expansión se consolida durante los años 800 D.C. período en que su influencia cultural se expande por todo el Perú, por el norte de Chile y el Nor-oeste argentino. Destacan además los templos del Akapana (pirámide escalonada), Pumapunku, Kalasasaya, entre otros de similar importancia. Esta cultura se define por el perfeccionamiento en el acabado de sus ceramios, perfeccionamiento en las formas y diseños, el empleo de la imagen de los felinos y sobre todo una avanzada organización de estado. (Entre sus vestigios se encuentran además. Litoesculturas o monolitos, personajes de imagen plana, batracios, serpientes, peces, estelas o lápidas de diseño simétrico, otorongos y llamas, personajes con cabeza trofeo y devoradores, esculturas de personajes no felínicos, personaje de los cetros o báculos, cabeza con águila, felinos, estelas suche)3
Luego de florecer, esta cultura, deviene un período de decadencia que da lugar al nacimiento de pequeños grupos que han sido bautizados como los reinos Qollas (concuerdo con Palao Berastaín y Tamayo Herrera al llamar a los mismos como señoríos, ya que las diferencias de conceptos entre reynos y señoríos salta a simple vista).

“Por los años 1300 de nuestra era, en la península de Sillustani y en el cerro infiernillo, ubicado a continuación, había un importante pueblo Kolla. Estaba dividido, socialmente, en dos sectores por una muralla, aún hay restos de ella en el istmo o sector denominado Sillustani Cunca (cuello de sillustani)…Squier (1974:208) manifiesta que posiblemente en ese lugar vivía un mallku o señor rodeado por sacerdotes y/o funcionarios de alto rango, seguramente vinculados a la nobleza de los Zapana…los kollas surgen al desintegrase la imponente organización estatal del Tiwanaku. Controlaron un vasto territorio que comprendían el lado nor-occidental del lago Titikaka, con accesos hacia el lado occidental como Arequipa, Moquegua y Tacna en el Perú, Arica y Quizá Atacama en Chile. Según las crónicas, la capital del reino fue Hatunkolla, donde un gran desarrollo tecnológico, producto de las experiencias acumuladas en el tiempo, destacando el desarrollo de la arquitectura funeraria” 4

Alfonso Torres Luna (por su parte) alude a una doble dominación: Colla (en Puno, Lampa y Huancané) y otra Chulli (en Chucuito)

Señorío kolla.- bien lo menciona Guillermo Lumbreras y también Palao Berastaín: “se constituyó al norte de altiplano puneño, con centros importantes desde la Raya en la cordillera de Carabaya hasta más al sur de Paucarcolla. Las cordilleras Lampa al oeste y las orientales del lago al este”, (Ayaviri, Lampa, Juliaca, Cabanillas, Vilque, Hatuncolla, Moho, Vilquechico).
Se manifiesta además que las viviendas eran construidas en base a piedras rusticas unidas con barro y revestidas con barro y paja, que innovaron los camellones (waru warus), le diaron al mismo tiempo vitalidad a la crianza de camelidos sud americanos (llamas, alpacas y vicuñas), y que en cerámica le dieron importancia a las ollas globulares, cántaros alargados, vasos cónicos (todos de acabado tosco) y en metalurgia fueron poco desarrollados, en textilería continuaron con la técnica del telar y del trenzado (se recomienda revisar el libro de Palao Berastaín sobre este respecto).

SEÑORÍO LUPAKA.- tuvo como centro el pueblo de Chucuito, generalmente la mayoría de estudiosos concuerdan en que se desarrolló desde el sur de Paucarcolla hasta el río Desaguadero (Acora, Ilave, Juli, Pomata, Zepita, Yunguyo).
Las características en lo referente a ganadería, agricultura, orfebrería son similares a la de los demás señoríos. Palao Berastaín menciona que los sitios fortificados son los siguientes: Checca en Ilave, Tanapaca en Juli, Llaquepa y Huichajaja en Pomata, Carajuana en Yunguyo y Tanka Tanka en Zepita.
En relación al gobierno local se manifiesta que Q¨hari era el Mallku de mayor prestigio y Kusi el de menor categoría 8correspondía también a Hanansaya y Urinsaya).

SEÑORÍO PAKAJE.- sus actividades eran similares a la de los Lupazas; sin embargo su espacio de dominio se hallaba al sur de este señorío (Lupaka) “a partir del río Maure y Desaguadero y siendo su ciudad principal Caquiaviri, Guaqui, Viacha, Tiahuanaco, Machaca, Coquingora y Callapa”(Palao Berastaín).
Como lo menciona Garci Diez de San Miguel su idioma era el aymara y además dominaron algunos valles cálidos (de donde se manifiesta su dominio de varios pisos ecológicos).

EL ALTIPLANO Y EL IMPERIO DE LOS INCAS

El origen del imperio de los incas está envuelto en una serie de relatos y de leyendas, y en muchas de ellos el lago Titicaca tiene una importante presencia; sin embargo algunos historiadores creen que cuando empezó la expansión del Tahuantinsuyo las tribus del altiplano ya habían formado pequeños señoríos que mantenían enconadas luchas entre sí, demostrando un espíritu bravío que se mantuvo aún después de incorporados al imperio.

“En el llamado Collasuyo se encontraban los llamados reinos aymaras, que se encontraban en la región ubicada al sur del Cusco. Ellas eran un conjunto cultural y geográfico que se desarrolló alrededor del lago Titicaca y estaba asociado a la gran llanura del altiplano Perú-Boliviano (…) el altiplano favoreció a demás al desarrollo de una economía basada ene l pastoreo, su clima, por último, impulsó el desarrollo de una cultura del frío para conservar y aprovechar mejor los alimentos (chuño, charqui). Se desconocen quienes fuero los primeros habitantes de esta región. Sólo que a comienzos del Horizonte Tardío vivían allí tres grupos étnicos principales: Aymaras; Puquinas; Uros.” (“Culturas Andinas”, Juan de Dios Cutipa Lima, UNA-PUNO-2002).

El pueblo Qolla, conocido hoy con el nombre de Aymara, vive en la cuenca del Titicaca entre el Perú y Bolivia y su territorio está limitado por barreras naturales; por el este, la cordillera de los andes y por el sur, el desierto del noroeste argentino. El nombre “Aymara” fue empleado por Polo De Odenargo en 1559 refiriéndose a la lengua del pueblo que habla esta lengua:

“El pueblo aymara ha sido acusado de no poseer una historia y, aún más, de no hacer historia. La historia y la cultura de este pueblo ha quedado ensombrecido por el prestigio del imperio incaico. Sin embargo, el pueblo aymara sigue en pie como grupo cultural que ha cimentado profundamente su medio natural y ha forjado su carácter combativo ene. Altiplano del collao” (“Cultura Aymara”, Domingo Llanque Chana. IDEA-TAREA; LIMA-1990).

Sobre los conflictos por el dominio de estas tierras Garcilaso manifiesta que fue Mayta Capac quien intentó conquistar los reinos Qollas, lo había intentado mediante pactos de paz. Al respecto Juan José Vega y Domingo Llanque coinciden en manifestar que Zapana y Cari viendo el empuje militar incaico enviaron mensajeros pidiendo paz y amistad. Así Cari, principal de los lupaqas realizó un pacto en Chucuito, viendo que dichas alianzas de paz no eran satisfactorias y viendo que los qollas se habían levantado en armas contra los incas, se habían fortificado en Pucará, Asillo, Arapa, y Pucarani, ante tales eventualidades Pachacutec envió ejércitos que lograron conquistar parte del Qollasuyo y parte del Omasuyo. Los reinos Qollas fueron anexados al sistema incaico por Tupac Yupanqui (1471-1493), siendo este quien les atribuyó el nombre de Qollasuyo.

PUNO DURANTE LA INVASIÓN ESPAÑOLA

Para Juan José Vega, la catástrofe de Atahualpa y luego las derrotas de sus generales Quisquis y Yucra Huallpa y Rumiñahui, significaron la conquista por España:

“El Collasuyo, en sus vastas dimensiones, había sido descubierto por Diego de Almagro en los meses finales de 1535, cuando dirigía, él mismo, la vanguardia de la expedición que marchaba a conquistar el reino de Chile…la imaginación de los españoles y las tretas de Manco Inca habían rodeado de tesoros inexistentes con el fin de alejar a los invasores lo más posible del Cusco con el fin de sublevarse, este estratagema le fue harto útil…por otro lado el Collasuyo- Gracias a sus punas y distancias- permanecía hasta ese momento en marginalidad respecto a los ataques hispánicos y por eso los del collasuyo no habían sentido directamente los infernales efectos destructivos de la conquista española, salvo tonel fugaz paso de Diego de Almagro. Eran por eso más renuentes a la lucha, ya que no sufrían la opresión hispánica.
En las meditaciones de Vitcos, su recuperada capital, Manco recordaría también lo enseñado por los amautas; que siempre había sido el collasuyo la más difícil comarca del antiguo imperio; era por las muchas naciones que allí coexistían. Les decían collas en general, pero eran Lupacas, pacajes, chuis, caranques, chichas y otras más. Hacia la vertiente oriental, los belicosos mojos y chiriguanas de la selva; rumbo al sur, umahuacas, jujuys y otras hasta Arauco”.

Los hombres que habitaban en estas tierras eran por naturaleza rudos, indominables y reacios a todo tipo de control, quizá por ello el nombre del altiplano se emplea como castigo. Como lo menciona el Dr. José Tamayo Herrera en su libro sobre Puno (la visión que se tiene del altiplano es una visión que dista mucho de la realidad, así algunos escritores manifiestan que Puno es zona de castigo, el último reducto sobre la tierra cuyo frío es sólo comparable a las de la antártica). La otra actitud, que ha caracterizado al hombre de este referente, ha sido la rebeldía, que ha fluctuado a su vez entre dos polos ideales: el repliegue de la cultura andina sobre sí misma, rechazando a “Occidente”; o la apropiación de los instrumentos de dominación de los vencedores. Ambas variantes pueden rastrearse hasta el mismo siglo XVI. El movimiento del Taki Unquy a inicios del S. XVII, sería un ejemplo de repliegue, en el altiplano las continuas luchas entre pequeños grupos de poder que iban creciendo cada vez más (como es el caso de los hermanos Salcedo), siempre en relación a su poder pecuniario, éste no fue un intento de regionalización económica, menos el de un movimiento separatista sino por el contrario fue una lucha entre dos bandos de mineros que pugnaban por el control de las minas (pretensiones que se truncan con la intervención del Virrey Conde de Lemos). También la rebelión de Juan Santos Atahualpa a mediados del S. XVIII. Pero, en actitud contraria, recordemos que ya Manco II montaba a caballo (¿los camiones de entonces?) y buscaba españoles que le enseñaran el uso de las armas de fuego. Túpac Amaru II se acercaría más a este segundo polo; Túpac Katari al primero. Lo que nos interesa destacar, sin embargo, es que en el S. XX predomina la segunda forma de rebeldía: aquella que busca apropiarse de los instrumentos de poder de los dominantes y, entre ellos, de uno clave, la educación. Arrancarles a los mistis el monopolio de sus conocimientos es el equivalente del gesto de Prometeo arrebatándole el fuego a los dioses (lo que se había constituido en un período posterior)5.
Si nos preguntáramos: ¿Quién llegó antes al altiplano? (y qué importancia tiene dicho acontecimiento). Recordemos que en este período un imperio naciente se estaba consolidando, que este proceso fue truncado y que jamás existió una conciencia de unificación y mucho menos un sentido de unidad espiritual, menos territorial (¿Cómo entonces no desarrollar una cultura escindida?), es natural que a nuestros días nuestro país esté dividido en polos y en gigantescos abismos de racionalidad, nuestra nación no es una nación sin futuro, ni siquiera es una nación (sin considerar el concepto jurídico que esto pueda encerrar), es un conglomerado de naciones divididas entre sí por intereses de transnacionales, es también un laboratorio de la escuela del mundo al revés6. A la interrogante del inicio René Calsín responderá difiriendo con el resto de historiadores sobre la fecha en que los españoles arriban a esta región:

“El Gobernador Francisco Pizarro, en los primeros días del mes de diciembre de 1533, envió del Cusco a dos españoles, a Diego de Agüero y Pedro Martín de Moguer, para que exploren el Altiplano.“Mandó el Gobernador dos cristianos... los que partieron a principios de Diciembre... tardaron cuarenta días en su viaje”. “Pues hecho este repartimiento y fundación del Cuzco... ya sauido alguna rrelación de la provincia del Collao por dos españoles que auia enviado a él, a un Diego de Agüero y a otro Pedro Martín de Moguer” (Cita recogida por René Calsín Anco). A esto habría que confrontar los datos presentados por el Dr. José Tamayo Herrera, quien en su libro “Historia Social E Indigenismo En El Altiplano” manifiesta lo siguiente: “el primer misionero que llegó al Collao fue fray Tomás de San Martín en 1534, a la provincia de Chucuito (…).

Cabe hacer mención a que el Dr. Tamayo Herrera se refiere también a lo consignados Tanto por Calsín Anco y por Juan José Vega:

Después, las incursiones hispanas al Altiplano se caracterizaron por ser violentas y asoladoras. Así, la expedición de Almagro arrasó varios pueblos, cuando transitó por el Altiplano en su travesía a Chile. El cronista Pedro Pizarro (quien de niño habría sido el paje del Marqués fue obligado por el virrey Toledo a escribir lo que de la invasión recordaba), rememoraba: “ Almagro... el día que de el Cuzco salió, se quemó la mitad dél, y asi fue con su partida todo el Collao, porque esta senté que llevaba de Guatimala y de don Pedro de Aluarado yban rrobando y destruyendo por donde pasauan”. Los pueblos del camino de Urcosuyo, fueron los que más han sufrido las agresiones depredadoras de las hordas hispanas; este camino cruzaba los pueblos de Paucarcolla, Puno, Chucuito y Ácora” (“Historia de la Provincia de Puno”. René Calsín Anco. GRP-2004).

Entonces Almagro no fue quien descubrió el Qollasuyo, Sino que lo hicieron Diego de Agüero y Pedro Martín de Moguer, las fuentes de René Calsín Anco son confiables, la empleada aquí responde a Pedro Gutiérrez de Santa Clara (1544) probablemente uno de los primeros cronistas llegados a esta provincia: “Francisco de Carauajal... con toda su gente... llegó a un pueblo llamado Puño... otro día por la mañana se pusieron todos en camino para Chucuito”. En modo similar recurre a “La Visita Hecha a La Provincia De Chucuito” de Garci Diez de San Miguel, otro documento importante de 1567. En la cita recogida de Gutiérrez de Santa Clara por Calsín Anco aparece el origen o la primera denominación del pueblo de Puno (“Puño en la cita”).

Otra innovación al respecto es la visita hecha por Pizarro en persona a la provincia del qollasuyo “En los años de invasión hispana, por territorio del Kollasuyo, específicamente por los pueblos de Puno y Chucuito, transitaron numerosos conquistadores, caso de Diego de Almagro y de Francisco Pizarro. Almagro pasó en 1535, cuando dirigía la conquista de Chile; y Pizarro, lo hizo en 1539, cuando se propuso conocer sus dominios, para tal propósito se dirigió del Cusco a las Charcas. Ambos transitaron por la principal vía del Altiplano, el camino de Urcosuyo” (Calsín Anco, ob. Cit.).

Otros documentos nos mencionan la presencia de los jesuitas en el mundo Lupaca, Xavier Albó (Introducción a “Vocabulario de la Lengua Aymara” de Ludovico Bertonio, CERES-IFEA-MUSEF, Cochabamba-1988) es en la actualidad uno de los que más ha trabajado al respecto:

“una de las principales resoluciones de la congregación provincial de 1576, que sentó las bases de la presencia de la orden en el mundo andino fue la aceptación de las cuatro doctrinas de Juli en el corazón de la nación Lupaza. Los jesuitas llegaron ahí en noviembre del mismo año. Anteriormente los Lupazas habían sido evangelizados principalmente por los dominicos, dentro del estilo más convencional de doctrinas muy ligadas al poder colonial. Pero los recién llegados, inspirados en gran medida por Joseph de Acosta, entonces providencial, hicieron planteamientos innovadores entre los que sobresalía prohibir que “español ninguno ni soltero ni casado viva en el pueblo de Juli, porque son la polilla de los indios (cita recogida por Albó de una crónica anónima de 1600- ed. Mateos 1944). Al ser Juli un pueblo de paso obligado en la ruta de Lima y Cusco hacia la Paz, Charcas y Potosí; la medida no puedo implementarse con el rigor que tuvo años más tarde en las célebres misiones-reducciones jesuíticas en los llanos. Pero se estaban ya sentando los antecedentes de una sociedad cristiano indígena con cierta autonomía frente a los poderes coloniales.
La influencia de los padres era sobre todo intensa en la esfera religiosa, con largas sesiones diarias de doctrina, e incluía un fuerte poder real en la vida ordinaria de la población. Pero por otra parte el modelo permitió una conservación de las sociedades previamente establecidas, quizás mayor que en otras regiones andinas sujetas al poder directo de corregidores y encomenderos, e incluso muchísimo más que en las misiones jesuíticas de los llanos orientales, donde se reducían diversas naciones dispersas a nuevos poblados centrales de organización y costumbres notablemente distinta (…).

Tamayo Herrera refiere a que el Titicaca; “no se llamaba así, sino Chuquiabo – Chuquiapu o laguna de Chucuito y Puno, como pequeño centro poblado ya existía en 1543, porque en las Ordenanzas de tambos de Vaca de Castro aparece ya Puno Como Tambo, sobre el camino del azogue y de la plata, en una fecha tan remota” (Tamayo Herrera Ob. Cit).

Una vez que los españoles asumieron el control del Collao, los principales pueblos inkas de esta jurisdicción (excepto la Gobernación de Chucuito), se convirtieron en repartimientos y se entregaron en encomienda a los conquistadores. Así, sucedió con Atuncolla, Paucarcolla, Capachica, Puno, Vilque y Mañazo, etc.

“El repartimiento de Puno se entregó primero a Alonso Mazuelas. Este encomendero fue sucedido por el Capitán Martín Dolmos y, después, resultó como encomendero de Puno Alonso García Ramo”, sobre este respecto los datos presentados por Tamayo Herrera nos refieren a Martín Dolmos, conjuntamente con el de Chupa. Además Dolmos quedó registrado por Garci Diez de San Miguel : “los indios de Puno encomendados en Martín Dolmos vecino del Cuzco”.En la Visita hecha a la provincia de Chucuito por Garci Diez de San Miguel en el año de 1567 (…) El repartimiento de Puno, en los albores de la colonia, dependía de la ciudad del Cusco y, después, de la Audiencia de Charcas. Por un documento anterior a 1565, se conoce que “Puno e Ichu”, junto a los repartimientos de Moho, Huancané, Capachica y Paucarcolla, pertenecía a la Audiencia de Charcas” (Calsín Anco. Ob. Cit.).

“El curato de Puno, en el primer tramo de la colonia, contaba con una viceparroquia, con la de Ichu; y en el segundo tramo, con dos viceparroquias, con Ichu y con Chiaraque”. (Calsín Anco. Ob. Cit.) Según la información presentada aquí por Calsín Anco no existe ninguna investigación anterior a la suya en la que se haya hecho referencia a la hasta entonces viceparroquia de Chiaraque (este es un hallazgo importante y con la intención de aportar a este hallazgo presentamos aquí un documento encontrado en el Archivo Histórico de Puno, en el fondo Corregimiento/sección Cabildos/ 1668)7:

“Nos el Dn Dn Gregorio Francisco de Campos por gracia de Dios y de la santa cede apostólica, obispo de la ciudad y obispado de nuestra señora de la paz (…) ante el requerimiento de la vice parroquia de Chiaraque perteneciente hasta aquí a la doctrina de la purísima concepción y San Carlos de la Villa de Puno, en la provincia de Paucarcolla, con acuerdo y aprobación del Sr. Vicepatrono del distrito. Es nombrado Dn Miguel Antonio de Arze presbítero para dicha parroquia de Chiaraque y (…) para que lo haga en lengua aymara”

Frente a este documento cabe la necesidad de profundizar sobre este aspecto, tal parece que la hasta entonces vice parroquia de Chiaraque era la segunda más importante de la provincia de Paucarcolla y a partir de este momento sufre una conversión a Parroquia, y obviamente su categoría es elevada.

“En los albores de la colonia, inclusive hasta los años de los sucesos de Laikakota, el pueblo de San Juan Bautista de Puno gozaba de cierta prestancia en el consenso de los pueblos del Altiplano; sin embargo, la mayoría de quienes se ocuparon de su historia han minimizado su importancia, con las calificaciones de: “lugarejo de San Juan Bautista de Puno” (Guillermo Lohman Villena); “ayllu” (Vladimiro Bermejo); “refugio” (José Tamayo Herrera); “aldehuela Indígena” (Enrique Cuentas Ormachea); “caserío” (Rubén Vargas Ugarte, Lohman, Tamayo y Cuentas); “pascana” o “tambo” (Alberto Parodi Isolabella y Tamayo); “villorrio” (Alejandro Cano y Bermejo); y “aldea” (Emilio Romero, Alfonso Torres Luna, A. Bandelier, Bermejo y Cuentas); entre otras alusiones. Entretanto, el maestro José Antonio Encinas lo refería indistintamente como “aldea” o “pueblo”; Ignacio Frisancho Pineda como “pascana”, “aldea” o “pueblo”; y solo Jorge Basadre como “pueblo”. Sin embargo, en crónicas y en numerosos documentos coloniales Puno quedó registrado como pueblo. Así, lo consignaron el Lic. Vaca de Castro (1543), Pedro Gutiérrez de Santa Clara (1544), Garcí Diez de San Miguel (1567) y Antonio Vásquez de Espinoza (1630), entre otros. Es más, su importancia como pueblo queda demostrado en la Tasa de la visita general de Francisco Toledo; según esa tasa de 1573, el corregimiento de Paucarcolla comprendía a siete departamentos. Estos repartimientos, por el número de pobladores que tributaban, se ordenaban así: 1º Capachica, con 5360 tributarios; 2º Puno, con 4705; 3º Paucarcolla, con 4586; 4ª Huancané, con 3394; 5ª Moho (con Conima), con 2768; 6ª Coata, con 1506; y 7º Vilque (Vilquechico), con 1262”. (Calsín Anco, Ob. Cit.)

De manera que el pueblo de San Juan Bautista de Puno, en el primer tramo de la colonia, gozaba de cierta preeminencia en el Altiplano.

“En el primer tramo de la colonia, comprendido desde la invasión hispana hasta el desenlace de los Sucesos de Laikakota, sobre el pueblo inka llamado Puño por los cronistas, se erigió el pueblo de San Juan Bautista de Puno”.(Calsín Anco hace referencia al respecto a Gutiérrez de Santa Clara).

FUNDACIÓN DE PUNO

Respecto a la fundación de Puno, es un tema esclarecido en múltiples coloquios organizados por el Archivo Histórico del Gobierno Regional, los documentos hallados por René Calsín son una clara muestra de que la fundación se dio, que el Virrey Conde de Lemos firmó el documento mencionado, que hizo sembrar de sal a los asientos mineros de San Luis de Alba, Laykakota y que condujo a toda la gente que habitaba en él al pueblo de San Juan de Puno un 09 de setiembre de 1668. Cuando no se tiene certeza de algo o si se desconoce aun tema los pueblos crean sus mitos para explicar su origen, así pues al no saber con certeza la fecha de nuestra creación nosotros no inventamos una, basándonos en el natalicio de San Carlos Borromeo (04 de noviembre) que en nada coincide con la historia, ya que el 04 de noviembre de 1668 el Virrey se encontraba en la ciudad del Cusco siendo imposible que se hallara en Puno ya que en los documentos encontrados en el Archivo del Cusco el Virrey se encontraba ya en tal ciudad a fines del mes de setiembre. Por otra parte los documentos encontrados en el Archivo de Puno (sobre la repartición de solares) y la petición de un solar por parte de Miguel de la Torre (primer maestro de la Villa de la Concepción y San Carlos- documentos cuyos hallazgos compartimos con René Calsín) nos refieren a este acontecimiento y narran la manera cómo se efectúo el traslado y la fundación.
Revisemos lo que nos dice Ignacio Frisancho Poneda en “De Aldea a Ciudad”:

“según los indicios que nos da la historia, Puno, fue y sigue siendo, un bello lugar a orillas del Lago Titicaca, donde los viajeros que se desplazaban de norte a sur o de sur a norte de esta región, habitada por Chiripas, Tiwanacos, Pukaras, Lupazas, Quechuas y otros, solían descansar y pasar la noche para al día siguiente reemprender su camino”.

Es decir que la gente descansaba en este lugar, el mismo manifiesta luego que era una:

“Pascana, un lugar donde desataban las cargas de las llamas y los caminantes, para descanzar y pasar la noche y dormir, que en quechua dormir es Puñuy, y por tanto, es posible que el lugar se llamara puñuna, es decir lugar para dormir”

manifiesta que: “como los primeros conquistadores y cronistas españoles no conocían los idiomas nativos y mucho menos su correcta pronunciación, puñuy lo escribieron Puno, quedando así modificado el nombre de este pueblo”.8

LOS HERMANOS SALCEDO

Se han tejido muchas historias en relación a los hermanos Salcedo y a Malica (la india que contrajo matrimonio con Joseph de Salcedo/ José Salcedo), encontramos una crónica titulada: “Don José Salcedo” (Crónica de la época del Virrey del Perú Conde de Lemos 1667), que la transcribimos líneas abajo.

“En 1665 llegó a este mineral un español joven todavía, desconocido y tan pobre que andaba descalzo, el que venía buscando ocupación para ganar la vida. Al pie del cerro de Laicacota había varias casitas de indios, en una de las cuales habitaba un indígena, que se ocupaba con sus hijos y parientes del trabajo de las minas. Esta familia poseía varias entre las cuales había una que ella únicamente conocía.
A esta casa llegó el español solicitando trabajo, y la india compadecida á su aspecto le acogió bondadosa y le proporcionó ocupación. El huésped correspondió agradecido a la generosidad de la india, consagrándose con ardor a las labores de las minas con el mejor suceso. Así transcurrieron varios meses en la intimidad tranquila de la familia; sin embargo, la madre había comprendido la pasión que una de sus hijas había inspirado al huésped, por quien tenía mucho cariño, concibiendo desde entonces la posibilidad de un enlace. Cuando tuvo la certidumbre de que su hija lo amaba, abandonando la reserva característica de los indígenas, le ofreció con franqueza la mano de su hija, y un dote capaz de capaz de deslumbrar al desconocido:- era nada menos que una mina de plata pura que se cortaba a cincel.
El joven aceptó la mano de la que amaba, y la boda se efectuó entre la india (que la crónica dice era hermosa) y D. José Salcedo, que así se llamaba el desconocido, con toda la pompa de una fiesta indiana.
La india complacida con este matrimonio le dio la más rica de sus minas de Laicacota, que sólo ella conocía, y cuyo secreto conservaba oculto hasta de su misma familia. Tan fabuloso fue el caudal que Salcedo sacó de la mina que, según la tradición, ocasionó su persecución y muerte.
La noticia de esta riqueza se esparció rápidamente, y a fines del siglo XVII, afluían los aventureros a las minas de Puno, donde hicieron fortunas rápidas tanto que aquella nueva llegó a la metrópoli, despertando la codicia de los desheredados de la fortuna. La tradición cuenta que todo pobre que solicitaba la protección de los Salcedo, la obtenía amplia y generosa, pues le señalaba una veta de sus minas para que pudiese explotarla por un término que fijaba, donándoles todo lo que sacasen.
La influencia que adquirió el opulento minero con tanta generosidad, le atrajo los celos del gobierno de Lima despertando en este a la vez el deseo de explotar aquella fabulosa mina. Así que aprovechando la ocasión una conmoción popular que tuvo lugar en Puno en 1668, entre españoles (vascos y andaluces) y americanos (que tomaron partido), por la codicia por aquellas riquezas, se acusó a Salcedo como principal motor de mal suceso.
El Conde de Lemos, en persona marchó a Puno con una escolta, hizo aprehender a Salcedo, el que cargado con grillos fue conducido a la capital donde permaneció en prisión varios meses. Se le acusaba de alta traición y el proceso terminó por su sentencia de muerte.
Notificada la sentencia al proceso. Hizo presente a sus jueces una petición que apelaba al Rey, cuya clemencia iba a solicitar9.
Para ganar la voluntad del Conde de Lemos, le ofreció una barra de plata desde el día que enviaría su proceso a España hasta que se sepa la resolución del Rey.
La solicitud fue rechazada a pesar de la influencia de amigos poderosos.
Pocos días después fue ejecutado en la plaza de Lima en medio de consternación y disgusto de todos sus habitantes.
Para formar una idea de su caudal fabuloso, observaremos que un viaje del Callao a España que en aquella época era de doce a catorce meses, durante los cuales le ofreció pagar diariamente al Conde de Lemos la suma que hemos referido.
La noticia de esta ejecución produjo en Puno una impresión profunda de pesar, particularmente entre los indios y cholos, los que le tenían muchísimo afecto por su carácter bondadoso. Su esposa desapareció de la comarca y su suegro lleno de dolor y cólera decidió vengar su muerte castigando la avaricia de sus sacrificadores. Reunió inmediatamente a todos sus parientes y amigos y con la reserva característica de los indígenas inundaron los corredores que conducían a la famosa mina de Laicacota, y cerraron la entrada tan eficazmente que no se ha conocido hasta hoy. Consumando este acto de justicia indiana, se dispersaron, y aunque muchos fueron capturados por orden del virrey, no pudieron inducirlos ni por castigos crueles, ni por medio de ofertas, a que se revelasen donde existe la entrada de la célebre mina, la crónica sólo conserva del desagraciado Salcedo, y el castigo impuesto por los indios a la avaricia.
Sin embargo el gobierno trabajó con gran provecho algunas minas pertenecientes a la víctima, ninguna de las cuales encerraba tantas riquezas como la famosa mina de Laicacota.
Cuatro años después de la ejecución de Salcedo, murió en lima el 6 de diciembre de 1672 el Conde de Lemos, virrey del Perú”. (S.H.J. setiembre de 1863)10

PUNO EN EL PERÍODO DE TUPAC AMARU II

Durante la rebelión de Túpac Amaru II Puno abasteció a los ejércitos de éste, sus consecuencias fueron desastrosas, tanto así que probablemente no se haya podido recuperar hasta hoy:

“El propio José Gabriel al llegar a lampa el 9 de diciembre de 1780, saqueó la casa del corregidor y quemó la cárcel. Los indios de Ilave y Acora al marchar sobre Punoincendiaron totalmente la ciudad de Chucuito, la que ha permanecido en ruinas y olvidada desde entonces. (…) Las 11 haciendas de los Choquehuanca en Azángaro fueron asaltadas, saqueadas y todo su ganado desapareció en 1781, quedando sólo las ruinas de los caseríos y los cascos inhabitados carentes de toda vida. Por segunda vez azángaro sufrió un desastre en 1782, Diego Cristóbal Túpac Amaru hizo operaciones en esa ciudad por un lapso de varios meses (…)” (Tamayo Herrera, Ob. Cit.).

He logrado recabar documentos importantes sobre este período, tengo en mi poder cartas de Tupac Amau II dirigidas a Chuquiwanca (El Abuelo), en dichas cartas el revolucionario le pide ayuda y socorro para que Chuquiwanca apoye la sublevación; sin embargo éste nunca presta ayuda y organiza pequeños ejércitos de resistencia e inicia una lucha contra los tupacamaristas (a pesar de que Tupac Amaru le reconoce como primo suyo y por ello como parte de la descendencia de la nobleza incaica). Y es que estas reacciones de lucha interna se han dado siempre en nuestra historia, la lucha de la individualidad se inicia con el conflicto del no reconocimiento de un espíritu colectivo, menos de una identidad comunitaria, hemos sido desde la colonia seres individualistas. Desde entonces, las poblaciones conquistadas fluctuaron entre la resignación y la rebeldía. Se trata, por cierto, de dos polos ideales, que en la realidad se presentan sumamente matizados o incluso entremezclados contradictoriamente. El concepto “adaptación-en-resistencia”, da cuenta de buena parte de esas situaciones intermedias. La impunidad de los mistis resultó así legitimada a nivel metafísico. Son los engreídos de Dios y el dominio de la lectura les permite un dominio arbitrario: “pueden hacer lo que les da la gana”. Como se sabe, en el Perú la situación colonial no quedó cancelada con la Independencia.

En los inicios de la república no existen mayores alteraciones en la vida política de esta provincia; no hasta 1825, fecha en la que Bolivar visita Puno y en ella crea un colegio, en 1830 se sientan en Puno los cimientos para un ciclo de larga duración denominado por Flores Galindo: “el ciclo lanero” o “ciclo del comercio lanero”y se consolidan las pequeñas aristocracias locales que distan de los conceptos de élites (ya sólo existían pequeños grupos de poder, que centraban su poder sobre los campesinos y en la posesión de tierras). Las huellas que habían dejado el coloniaje no se habían borrado, menos ahora que seguimos siendo un grupo de naciones post-coloniales (cuando decimos que el Perú es un país pluricultural y multiétnico, nos falta decir que no somos una nación sino muchas), El término “postcolonial, sería, por lo tanto, más preciso si se articulara como “teoría de los post-primer/tercer mundos”, o como “critica post-anticolonial” como un movimiento que va más allá de las relaciones relativamente binarias, fijas y estables que diseñan (mapean) las relaciones de poder entre “colonizador/colonizado” y “centro/periferia”. Tales rearticulaciones sugieren un discurso más matizado, que permita el movimiento, la movilidad y la fluidez. Aquí, el prefijo “post” haría sentido menos como lo que viene “después” y más como lo que sigue, lo que va más allá y se distancia críticamente de un cierto movimiento Intelectual –la crítica tercer mundista anticolonial- más que superar cierto punto histórico –el colonialismo- pues aquí el “neocolonialismo” sería una manera menos pasiva de referirse a la situación de los países neocolonizados y una modalidad políticamente más activa de compromiso.

A pesar de todas las ambigüedades del término analizado por Shohat, la cita subraya un aspecto crucial de las prácticas teóricas contemporáneas identificadas como postcoloniales, aunque el término excede su propia descripción. Argumentaré a favor de la razón postcolonial entendida como un grupo diverso de prácticas teóricas que se manifiestan a raíz de las herencias coloniales, en el cruce de la historia moderna europea con las historias contramodernas coloniales. No iré tan lejos como para proponer lo postcolonial como un nuevo paradigma, sino como para tomarlo como parte de uno aún más grande. Me gustaría Insistir en el hecho de que el “post” en “postcolonial” es notablemente diferente de los otros post de la crítica cultural contemporánea. Iré aún más allá al sugerir que cuando se compara con la razón postmoderna, nos encontramos con dos maneras fundamentales para criticar la modernidad: una, la postcolonial, desde las historias y herencias coloniales; la otra, la postmoderna, desde los límites de la narrativa hegemónica de la historia occidental.

Este denominativo de “ciclo lanero ya corresponde a la historia” en palabras del Dr. Tamayo Herrera pertenece ya a la verdad histórica, aquí el principal foco de desarrollo de desarrolla en torna a las lanas.

En un sentido distinto y más restringido, el ciclo lanero como tal y como lo afirma Tamayo Herrera: “correspondería sólo a un período menor, el de la elevación de precios de la lana y de las fibras, y al de la expansión de la hacienda y a la penetración arquipeña en el altiplano puneño, entre 1875 y 1932, en que la gran crisis mundial termina con el período de prosperidad que tuvo su cima en la I Guerra Mundial”.

La construcción del ferrocarril de Arequipa a Puno se inició el 29 de enero de 1870, la primera piedra fue colocada por el obispo arequipeño Benedicto Torres. El contrato de construcción fue adjudicado a Enrique Meiggs y el ingeniero que la construyo fue J.L. Thorndike. La construcción fue terminada rápidamente, pese a las dificultades que presentaba al tramontar la cordillera Occidental. Y el 1° de enero de 1874, el primer tren hizo su triunfal entrada en Puno, así se inició el fin de la célebre feria de Vilque.

La intención de este trabajo no es brindar una historia completa de la provincia de Puno, otros son los investigadores que habrán de hacerla, sino más bien brindar un panorama para ubicar a las escuelas en ella dadas.

EL TÍTULO DE CIUDAD


En el diario “La Bolsa” de Arequipa de 1865 existe la reproducción de un documento interesante que trata sobre la elevación de Villa de la Concepción y San Carlos de Puno a Ciudad (de Villa a Ciudad). Este documento manifiesta lo siguiente:

“el valle de Puno es muy estrecho, y su población asciende a diez mil almas, cuya mayoría se empleaba, en la época de nuestra historia, en el trabajo de las minas. En este ballesta situada la villa de Puno, que fue más tarde distinguida por Carlos IV con el título de Ciudad, por real orden de 14 de octubre de 1805”

MOVIMIENTOS SOCIALES

Existen trabajos como el de José Tamayo Herrera (Historia Social e Indigenismo en el Altiplano - ediciones trentaitrés - Lima 1982) que desarrollan discursos orientados a desarrollar una anatomía de la inteligencia Puneña durante diversos períodos, el trabajo indicado es quizá uno de los mayores en relación a las denominadas Micro-Historias (tendencia desarrollada por Giovanni Levi en Italia a mediados de 1970 y que ha venido cobrando mayor importancia a inicios de 1990) que posee una estructuración seria y que responde a las exigencias que la hacen un tema con la necesidad de responder a interrogantes sobre si fueron importantes o no los papeles que desempeñaron ciertos movimientos en el altiplano para el desarrollo nacional.
D.C. Hazen (The awakening of Puno: governament policy and the indian problem in southern Peru 1900 - 1955- Yale University and doctor disertation 1974), es uno de los mayores trabajos que resultan ser ya clásicos para el conocimiento de esta región, el tema central es el de Manuel Z. Camacho y el del profesor Julián Palacios Ríos; el de gamonalismo, su desarrollo y su influencia en el desarrollo social, las reformas constitucionales a las que un grupo de campesinos obligaron a una organización gubernamental anquilosada y enquistada en el poder son entre otras algunas formas de desarrollar ideas subversivas en torno a la oficialidad.
Luis Urviola Montesinos desarrolló una tesis cuyos anexos son de gran importancia para establecer el desarrollo y formación de la escuela de Utawilaya, que fuera iniciada por varios investigadores entre 197 y 1912; sin embargo los datos son precisos aunque el autor cae en el error de seguir la línea trazada por Luis Gallegos.
No existen mayores aportes en relación a estos temas, casi todo conduce a la suposición de que se trata de un tema virgen, aún no escudriñado, algunos documento hallados en distintos archivos históricos (de Puno, Arequipa, Cusco, La Paz) y archivos Particulares (de ciudades como Arequipa, Puno) nos conducen a desarrollar una visión todavía no considerada a luz simple.
Un fenómeno reciente y de fuerte repercusión socio-política en el ámbito iberoamericano, aún cuando únicamente reformula preocupaciones seculares, es el reclamo de autonomía cultural, política y territorial, que elevan grupos sociales de ascendencia precolombina más o menos uniformes. El cuestionamiento de todo centro trascendente a su realidad, que acompaña a la globalización de la cultura occidental, resalta ahora la diferencia y legitima las demandas de los núcleos culturales regionales. Este fenómeno se actualiza en nuestros días a dimensión global; a veces siguiendo un proceso parlamentario, como en el caso de las autonomías españolas, otras en trágica polarización armada como en la antigua Yugoslavia. El caso iberoamericano, en la actualidad, es igualmente peculiar y multiforme en su manifestación sociopolítica (la situación mexicana de Chiapas es sólo notoria por la difusión que ha recibido, pero aquí nos interesa únicamente como ejemplo de una expresión cultural que, por representar un caso externo de contraste entre lo que el discurso logocentrista de la modernidad clasificó centro y periferia, el caso peruano a la vista es el de Ilave y por que no decirlo todo el altiplano entero, que resulta una emergencia (emerger) de las periferias. El espacio altiplánico ha sido, por mucho, escenario de múltiples acontecimientos sociales; pueblo rebelde desde los albores de su historia, ha estado siempre defendiendo desde alguna perspectiva su autonomía, prueba de ello son pues las dificultades que tuvieron los incas en conquistarlos, del mismo modo los españoles, el hecho de que el altiplano haya sido el fortín principal de Túpac Amaru II, bastión importante de las ideas indigenistas con Juan Bustamante Dueñas, las ideas progresistas como las de José Antonio Encinas, Gamaliel Churata (y todo el grupo Orkopata), etc..
Se nos hace necesario realizar un recuento de algunos de los movimientos que por criterios de investigación consideramos los más importantes: 1) El alzamiento de Juan Bustamante Dueñas, 2) Los sucesos de Pomata, 3) Huancané (capital del Perú). Los movimientos campesinos,las llamadas sublevaciones indígenas han sido estudiadas por varios investigadores, tal es así que Wilfredo Kapsoli en su libro “Movimientos campesinos en el Perú 1879-1965” , Hernán Jove y Alfonso Canahuire en su tesis “Historia del movimiento Popular y sindical en el departamento de Puno (1880-1968) han realizado un análisis más serio.

EL ALZAMIENTO DE JUAN BUSTAMANTE DUEÑAS

Entre los precursores decimonónicos del pensamiento indigenista del Collao, es indispensable señalar dos figuras que alcanzan un relieve propio y una gran significación ideológica. El primero es el coronel Juan Bustamante Dueñas, “El Viajero”. Pocas vidas son tan prolíficas, tan ricas, tan contradictorias y signadas por un singular destino como la del puneño Juan Bustamante Dueñas, nacido en Vilque el 24 de Junio de 1808 y asesinado en Pusi el 02 de enero de 1668. Bustamante Dueñas es talvez el indigenista más completo de su época (no sólo en mi opinión), no sólo por la coherencia de sus ideas y su vida, sino que su obra escrita alcanza una profunda unidad que procede de la maduración de una conciencia social ante la injusticia reinante. Bustamante procede por el nacimiento de los mistis de la región, de la clase terrateniente, pero en su vida ocurre una transformación singular. Bustamante es el “Mundo Purikuq”, el viajero que da dos veces la vuelta al mundo, es seguramente el andino que más ha viajado en su época. El contacto con el mundo sensibilizó al puneño para comprender la realidad de su región y de su época, y los viajes suplieron una educación formal incompleta y desgreñada.

Hacia 1867, ya un hombre de cerca de sesenta años, asume la cruzada indigenista que lo llevará a la muerte. En ese año, en la imprenta de J.M. Monterola publica el folleto “Los indios del Perú”, en donde se encuentra la expresión más completa de su pensamiento indigenista. Folleto poco conocido. Una lectura de él nos muestra a un Bustamante ya maduro y listo para su tarea final después de haber fundado “la sociedad amiga de los indios”:

“Cuando en 1867 se desata la rebelión de Huancané, se inicia un encendido debate sobre la condición del indio dentro de los círculos intelectuales del país. Juan Bustamante, designado apoderado de los insurgentes de aquella provincia, abre el camino de esa polémica, escribiendo apasionados folletos y proclamas a favor de estos. Cuando constata que su prédica es desoída por los poderes del estado, decide volver a Huancané para dirigir personalmente la rebelión, en este tránsito cae prisionero del subprefecto de Azángaro, Andrés Recharte, junto con 77 indígenas, después de una sangrienta batalla, para luego morir en manos de sus verdugos, con una crueldad que sólo es comparable con la de Túpac Amaru II, en el pueblo de Pusi el 2 d enero de 1868, mientras que los otros condenados murieron asfixiados en una pequeña celda, con el humo de ají que introdujeron Recharte y sus hombres.Antes de emprender su viaje a Puno, Bustamante se dirige a connotados personajes que residían en la capital, para constituir la llamada Sociedad Amiga de los Indios. Pues, en una histórica asamblea a la que asistieron los señores: Sebastián Lorente, Guillermo Seaone, Juan Lozano, Francisco de Lama, Luis Graña, Cipriano Coronel Zegarra (…).Se nominó una comisión integrada por Manuel Amunátegui, director de “El Comercio”; Buenaventura Seoane, Sebastián Lorente para que redactaran el proyecto de los estatutos y los postulados de la misma:

1.- Exigir ante el congreso y el poder ejecutivo el cumplimiento de los derechos acordados a todos los ciudadanos, incluyendo a los indígenas, por la constitución y las leyes.
2.- procurar la educación de todos los habitantes, con la creación de escuelas en el campo y la ciudad.
3.- desarraigar los vicios que son propios de la servidumbre secular, estableciendo para ello un trabajo voluntario y retribuido, con cuyo fin deberían dictarse leyes que prohíban el trabajo forzado gratuito.
4.- iniciar gestiones ante la santa sede para que Fray Bartolomé de las Casas fuese canonizado, por haberse constituido en símbolo defensa de los indios de América.
5.- recomendar que todas las autoridades a lo largo y ancho del país protejan a los indígenas de los abusos de sus explotadores.(…) la sociedad recibió con asombro y consternación la carta que remitiera desde Puno, Antonio de Riveros, lugarteniente de Bustamante, sobre el holocausto de decenas de campesinos y del propio “Mundo Purikuq”, convocándose con tal fin, a una asamblea de urgencia para tomar las decisiones consiguientes. Dentro de sus miembros, hubieron quienes exigían del gobierno una actitud enérgica contra los asesinos, para lo que debía conformarse una delegación que se entreviste con el ministro de gobierno, y con el propio presidente si fuera posible. Igualmente se sugirió conformar una comisión con tres de sus miembros para que en el mismo escenario de las acciones se efectuara una investigación exhaustiva. Ninguna de las propuestas fue acogida, por temor a las represalias”. (Augusto Ramos Zambrano, “Comité Pro- Derecho Indígena Tahuantinsuyo” en Apumarka N° 4).

LOS SUCESOS DE POMATA

Gobernaba el país el presidente Don Manuel Candamo, quiena raíz de una queja que presentaron los indios de los ayllus del distrito de Santa Rosa de Juli a través de su abogado el Dr. Santiago Giraldo, nombró una comisión presidida por el jurisconsulto Doctor Alejandro Maguiña, para que esta comisión se constituya en la provincia de Chucuito y emita un informe verás sobre los abusos que cometían junto a otras autoridades el sub-prefecto Mariano Cuentas.
Cuando el Dr. Alejandro Maguiña llegó al pueblo de Juli tomó de intérprete a Telésforo Catacora (en ese entonces estudiante de San Carlos) y al párroco Valentín Paniagua cura del pueblo de Pomata. El doctor Maguiña con la ayuda de estos defensores de indios recorrió la provincia de Chucuito y recogió abundante información. Al redactar su informe explica: “que el indio de la provincia de Chucuito no goza de libertad de su persona, tampoco le tiene respeto a sus bienes”. El Dr. Maguiña de regresó a Lima entregó dicho informe al presidente de la república, quien al enterarse de los sucesos de la provincia de Chucuito nombró de inmediato como sub-prefecto de la provincia de Chucuito al Mayor de ejército Don Teodomiro Gutiérrez Cuevas, natural de cerro de Pasco. La nueva autoridad llegó a Juli al terminar el año 1903. En enero del año siguiente abolió todos los abusos y trabajos gratuitos que los indios prestaban a sus autoridades y vecinos de los pueblos de la provincia de Chucuito. El presidente de la república Don Manuel Candamo falleció en la ciudad de Arequipa el 7 de mayo de 1904. A este respecto Basdre dice sobre este acontecimiento lo siguiente:

“El presidente vino a Arequipa a tomar baños ene. Balneario de Jesús. En esta ciudad se entrevistó con el segundo vicepresidente Don Serapio Calderón y firmaron los decretos en que Candamo entregaba el poder a Calderón, quien asumió el 22 de abril de 1904, en vista que el primer vicepresidente Lino Alarco había fallecido antes”.

Las autoridades de la provincia de Chucuito ante el nuevo presidente gestionaron para que el subprefecto Mayor Gutiérrez Cuevas fuera retirado. Las gestiones hicieron a través de los representantes puneños en el Congreso, quienes servían únicamente sus intereses, en virtud que la mayoría de ellos eran hacendados latifundistas. Las gestiones surtieron su efecto ordenándose desde Lima para que el sub-prefecto Gutiérrez sea retirado. Inmediatamente los puestos de autoridades nuevamente fueron ocupados por los caciques de provincias y los abusos igual que antes se restablecieron:

“El mayor Teodomiro Gutiérrez Cuevas durante su corta actuación como sub-prefecto de la provincia de Chucuito había tomado contacto con los principales defensores de los indios entre éstos con el párroco del pueblo de Pomata Dr. Valentín Paniagua, quien desde el púlpito y aprovechando sus contactos con los indios de los ayllus en ocasión de las fiestas patronales predicaba su liberación precipitó una sublevación que estalló el día 04 de octubre de 1904, un día antes de la víspera de la fiesta de la Virgen del Rosario” (Luis Gallegos Arreola “Ukhanau” – Sublevación de Pomata).

Al amanecer del día cuatro, grupos de indios encendían fogatas en las cumbres de los cerros: Calvario, apacheta, Chuwañani. Desde las cumbres de los cerros los indios soltaban enormes rocas que se detenían en las faldas del pueblo. Los vecinos alarmados trataron de comunicarse con el Sub-prefecto de la provincia de Chucuito.
“los alambres habían sido cortados, no había servicio de telegramas, por ello no pudieron dar cuenta sobre estos sucesos al dicho Sub-prefecto; sin embargo los pobladores habían ingeniádselas para enviar al indio Nicolás Ticona, para que éste se confundiera con los lugareños y le lleve el recado al Subprefecto en Juli, este así lo hizo” (Luis Gallegos Arreola “Ukhanau” – Sublevación de Pomata). Así el Sub-prefecto envió misivas al prefecto de Puno, al día siguiente se divisaba un vapor a toda máquina, se dirigía a Pomata, si bien es cierto no hubo enfrentamiento, los gendarmes capturaron a un número de sublevados, entre ellos a Cirilo Cordero, un indio excombatiente de la guerra con Chile, quie era supuestamente el que había dirigido la sublevación, pero los prisioneros hablaron y digeron que había sido el Dr. Valentín Paniagua (sacerdote) quien era el autor intelectual de dicha sublevación. Al respecto manifiesta Luis Gallegos en su trabajo que en esta sublevación tomó también parte Manuel Zúñiga Camacho (estos datos todavía no han sido corroborados), mientras tanto a Paniagua se le abrió juicio sumario en Puno. (El relato Gallegos sobre este respecto es anecdótico:

“Pues el cura había huido de la cárcel disfrazado de mujer, luego de golpear al gendarme que lo cuidaba. El cura habría dejado los hábitos y se habría establecido fuera del país por un tiempo (…)”.


PERSONAJES DEL ALTIPLANO

No presentaré todos los nombres, sino por el contrario aquellos que me parecen los más importantes, además no los desarrollaré por el espacio limitado de este librito, sólo mencionaré nombres, ya que para una mayor información deben remitirse a los libros de René Calsín , Jorge Florez-Aybar, Feliciano Padilla.

LITERATURA:
Gabino Pacheco Zegarra.- poeta y traductor.
Arturo Peralta Miranda (Gamaliel Churata).- poeta, dramaturgo, ensayista ideólogo y filósofo (pez de oro, resurrección de los muertos, odas bruníldicas, hararuñas)
Luis de Rodrigo.- poeta (puna)
Alejandro Peralta.- poeta (ande, tierra aire, entre otros)
Dante Nava.- poeta (20 sonetos, baquica febril, entre otros)
Emilio Armaza.- poeta, ensayista (falo, mo Baudeliere, Shakespeare inmortal, entre otros)
Carlos Oquendo de Amat.- poeta (cinco metros de poemas).
Juan Alberto Cuentas.- poeta y ensayista (juli y su historia, varios poemarios)
Efraín Miranda Luján.- poeta (Choza, Padre Sol, entre otros)
José Luis Ayala.- poeta, novelista, antinovelista, ensayista y biógrafo (más de 60 libros publicados)
Omar Aramayo.- poeta, narrador y ensayista (caleidoscopio, gallo de cristal).
Gloria Mendoza.-poeta (dulce naranja dulce luna, entre otros)
Percy Zaga.- poeta (mi ciego mi gallo y tú, entre otros)
Jorge Fólrez-Áybar.- poeta, narrador y ensayista (literatura y violencia en los andes, 10 años de literatura puneña, entre otros)
Feliciano Padilla Chalco.- narrador y novelista (calicanto, aquí están los montesinos, entre otros)
Luis Gallegos Arreola.- narrador (la orgía del moro, entre otros)
Boris Espezúa.- poeta (el alba del pez herido, y otros varios)
Alfredo Flores Herrera.- poeta (mares)
José Velarde.- poeta (miembro del grupo cloaca)
Alberto Cáceres.- poeta (wayrita y otros)
Samuel Simón Rodríguez.- poeta (desatando penas)
Luis Pacho.- poeta (geografía de la distancia)
Liliana Quinto Laguna.- Poeta

EDUCACIÓN
Miguel de la Torre.- Primer maestro de la Villa de Concepción y San Carlos (1669)11
Telésforo Catacora.- Creador de la escuela de perfección (Juli).
Manuel Z. Camacho.- Creador de la Escuela de Utawilaya (Platería).
José María Miranda.- maestro de Encinas, Cáceres Olazo, etc.
Carlos Belisario Oquendo.- padre del poeta Carlos Oquendo, maestro de San Carlos, Médico graduado en Fráncia, director del diario “El Siglo”, hombre positivista de ideas de avanzada.
José Antonio Encinas.- Maestro de maestros, Director de la escuela 881 (La escuela Nueva), Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Julian Palacios Ríos.- maestro (creador de la primera academia de la Lengua Quechua en la primera década de 1900).
Moisés Yuychud.- maestro normalista compañero de Encinas y gran innovador.
José Portugal Catacora.- maestro (escuela experimenta).
María Asunción Galindo.- maestra (oherani)

PERIODISTAS, POLÍTICOS, ABOGADOS, MUSICOS Y DEMÁS ESCRITORES.

Federico More, Ernesto More, Samuel Frisancho, Santiago Giraldo, Teodomiro Gutírrez, Francisco Chuquiwanca Ayulo, Manuel A. Quiroga, Lisandro Luna, Ezequiel Urviola, Emilio Romero, Alfoso Torres Luna, Emilio Vasquez, Vicente Mendoza Díaz, Vladimiro Bermejo, Augusto Ramos Zambrano, Juan José Calle, mAriano H. Cornejo, Wenceslao Molina, José Frisancho, Enrique Encinas Franco, Manuel Núñez Butrón, David Frisancho, Manuel Catacora Gonzales, Rosendo Huierse, Martín Chambi, Enrique Masías, Teodoro Valcarcel, Eustaquio Rodríguez Aweranka, Inocencio Madani, Víctor Humareda, Edgar Valcarcel, Juan de la Cruz Machicao, María Cosuelo Ramirez de Torres Luna, Mercedes Bueno Morales, Gabi Arce Muñoz, Fidel Mendoza, Darwin Bedoya, Javier Núñez, Henry Esteba Flores, Adrian Solórzano, José Paniagua Núñez.

NOTAS

1.- TAMAYO HERRERA, José. “Historia Social e Indigenismo en el Altiplano”, ediciones trentaitres, Lima – 1982. y “Gran Enciclopedia del Perú” del Grupo Lexus, España – 1998.
2.- PALAO BERASTAÍN, Juan. “Etnohistoria del Altiplano de Puno” Pag. 19.
3.- considero que lo desarrollado por Palao Berastaín es un texto básico y didáctico que facilita con gran facilidad una comprensión sobre estos temas, además de tratarlos con sobriedad.
4.- AYCA GALLEGOS, Oscar. “Sillustani”, pag. 28-29.
5.- Recordemos que es prometeo, uno de los titanes, quien le roba a los dioses el fuego del saber, del conocimiento y que se lo entregó a los hombres, acto por el que fue confinado por toda la eternidad, él yace atado a una enorme roca en la que los buitres le devoran las vísceras diariamente y en la noche se regenera para ser devorado al día siguiente.
6.- Eduardo Galeano desarrolla un libro muy interesante en donde las contradicciones son algo de lo normal es una verdadera anatomía de los antivalores de lo no moral y que es aplaudido por la escuela y por la sociedad, donde lo anormal es aceptado con normalidad (patas arriba).
7.- Documento encontrado en el Archivo Histórico de Puno en el 2002.
8.- Al respecto, Ignacio Frisancho Pineda no consigna el origen de la cita “Puñuy”, mientras René Calsín ha encontrado la alusión a tal vocablo en Pedro Gutiérrez de Santa Clara (1544).
9.- [Ulloa] dice que la causa principal que lo condujo al cadalso, fue el caudal de sus minas.
10.- documento encontrado en el diario “La Bolsa” de Arequipa de 1865, sin día de edición.
11.- documento encontrado en el archivo histórico de Puno, trato sobre él en mi tesis “Movimientos sociales y la educación en el altiplano (1860 – 1930)”, para mayores datos recurrir a ella.

BIBLIOGRAFÍA

BAYON, Damian, “Un problema de filiación arquitectónica: La Catedral de Puno”. Edit. Samuel Frisancho Pineda, Puno – 1989.
BOLETÍN DEL Instituto de Experimentación Educacional de Puno AÑOS 1 AL 4 VOLUMEN iv – 1950.
BUSTAMANTE DUEÑAS, Juan, “Viaje al antiguo mundo”, FESTIVAL DEL LIBRO PUNEÑO, Lima – 1959.
CALSÍN ANCO, René, “Escuela de Perfección” IPEJAE – Juliaca – 2003.
CALSÍN ANCO, René, “HISTORIA DE AZANGARO”, edit. René Impresores, Juliaca – 2005.
CONDORI, Mariano y CUTIPA CURIMAYHUA, Pedro N. Memorial de los mensajeros de Huancané, Imprenta filipinas – Lima 03 de octubre de 1902 (bando).
Documentos del fondo Cabildos sin ordenar del archivo Histórico de Puno 1669 - 1700.
ENCINAS, José Antonio, “Un Ensayo de escuela nueva en el Perú”, edición facsimilar – Lima – 1986.
ENCINAS, José Antonio, “causas de la criminalidad indígena en el Perú (ensayo de psicología criminal)”, Tesis – 1919.
FRISANCHO PINADA, Samuel, “El Album de Oro” edición completa. 18 tomos, editorial Los Andes- en mimeo.
FRISANCHO PINEDA, Ignacio, “De Aldea a ciudad” (trayectoria histórica de Puno), edit. Asociación Cultural Brisas del Titicaca Lima – 1996.
GIRALDO, Santiago, “Epocas de la historia política del Perú” (desde su independencia hasta nuestros días) Imprenta de J. I. ARCE, Puno – 1876.
HAZEN CHAUPIN, D.C.; “The Awening of Puno: Governament policy and indian problem in southern Perú 1900 - 1950” disertación de doctorado Universidad de YALE.
La fuga del mayor Gutiérrez, diario “El Tiempo DEL 12 – 01 DE 1917 – Arequipa (Abrirá campaña contra el gamonalismo a favor de los indios).
LEGISLATURA DE 1921 “Diario de los debates del CongresoRegional del Sur TOMOS I y II”. Tip. De el Eco de Puno, Puno – 1921.
Libro tomas de razón del archivo histórico de Puno. Períodos 1880 - 1900.
NÚÑEZ MENDIGURI, Mario; “Minas y Mineros del siglo XVII en San Luis de Alva y sus efectos socio económicos”, Edtit. Universidad Nacional del Altiplano (Oficina Universitaria de Investigación) 2000.
TAMAYO HERRERA, José; “Historia Social e indigenismo en el altiplano” Ediciones Tretaitrés - Lima 1982.
TORRES LUNA, Alfonso, “Puno Histórico”, talleres graficos del Colegio Unión Ñaña – Lima 1968.
URVIOLA MONTESINOS, Luis Hernán, “Protestantismo y el gamonalismo en Puno 1900 – 1930” Tesis – UNA – PUNO – 1986.
VARIOS, “Ensayistas Puneños”, FESTIVAL DEL LIBRO PUNEÑO, Lima – 1959.
VEGA, Juan José (+), “Vilcapaza y los Tupacamaristas Puneños”, Centro Cultural Brisas del Titicaca, Lima – 2005.
VEGA, Juan José, “La Conquista del Collasuyo”(separata de la revista cantuta Nº 13 – 14) 1988.
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1 comentario:

wilmer dijo...

Oiga, estimado!!! qué sorpresa tan agradable ver tu blog en la web, ya era hora.. el material q incluyes es imprescindible, especialmente las fotos... voy a consignar tu blog como enlace al mío.. un abrazo desde tacna estimado José Luis, saludos también a la valiente muchachada de Puno, capital del Kollasuyu.